Las nubes de tormenta me pesaban debajo de los ojos,
en medio de la mente
y de la conciencia.
Le pregunté al dolor de cabeza si había alguien ahí,
mas no obtuve respuesta.
Busqué en la lógica del corazón
y no encontré coherencia.
Estuve a expensas de la inspiración
y no tuve paciencia.
-¿Quién eres tú?-Me preguntó mi cabeza.
-Por ser, quiero ser yo.-le respondí con certeza.
De pronto me doy cuenta de que he perdido el sentido.
A tientas, a ciegas, busco la llave, el bloqueo, el candado y,
sin querer,
me he adentrado en el laberinto sin salida del "encuéntrate a ti misma".
Estoy perdida.
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