martes, 28 de julio de 2015

Magullar y maullar.

He oído 
que los gatos de Madrid ya no maúllan .
Quizás se han comido la lengua entre ellos .
Dicen por ahí
que la curiosidad mató al gato .
Pero es que tu felina sonrisa suicida
es adicta
a saltar precipicios
y ser precipitada
y precipitar
hasta tus ojos .
Desde tus ojos .
No era un juego, pero elegiste perder
y perdiste al menos
una de tus siete vidas .
La que tú tenías . La que yo te dí .
Esto lo quisiste tú .
Ahora no me cuentes que hoy el gato gris
está triste y azul .

jueves, 11 de junio de 2015

La razón de que no se acaben los motivos.

Que hoy me hablas, amor, como si no fueras tú,
como si no fuera yo.
Como si acaso no me supiera todos tus lunares.
Como si no pudiera recitártelos 
en orden inverso
de como los conocí. 
Como si ya no me gustase tu sonrisa
y como si no hubiera pedido veces
que me la dieses.
Como si no fueras de mí
y no fuera de ti.
A las afueras de mi mente
hay mucha gente,
pero en los adentros de mi corazón
solo hay una opción.
Si es verdad eso de que quieres seguir siendo,
date una razón.




sábado, 9 de mayo de 2015

Camina hacia la luz.

Cómo no echar de menos
si cada vez  que oigo tu nombre
se me parte el pecho.
Cómo no echar de menos
si pareciera que me hubieras pisado los días
con un hierro ardiendo
y me hubieras marcado la vida
y al verme la herida
hubieras huido.
Así, sin más.
Ponme una tirita al menos
que hace un sol radiante y no dejo de temblar
porque estás cerca lejos.
Que mis ojos ya no brillan
desde que tú no los miras.
Y no es oro todo lo que reluce
pero es que tu luz  es propia.
Mi camino es más oscuro que la noche
y tú hoy no lo caminas.
No lo iluminas.
¿Cómo quieres que sepa a dónde voy?


jueves, 19 de marzo de 2015

Entrópica utopía.

Vuelve a desordenarme

el cuarto
y los rizos,
que quiero ser de ti
y de tu entropía.

Maldita tu manía
de desvanecerte
justo cuando creí que te tenía.
Tenerte es el más sucio de mis vicios
y el viento turbulento de mis días.
Escucha el alboroto de mi calma
y ven a poner caos a mi armonía.



jueves, 22 de enero de 2015

domingo, 18 de enero de 2015

Las manos frías y el corazón caliente.


Tengo los dedos helados.

¿Por qué no estás aquí
para que siga notándolos . . .
notándote?
Ya no flotan notas por el aire de mi cuarto.
No noto que el viento me despeine los sentidos.
Tengo los dedos tan fríos
desde que me he ido . . .

Nunca quise irme de ti
ni de tu clave de sol
que me abrigaba las noches
con su cálida canción . . .
Te echo tanto de menos
que tiemblo
de miedo
cuando pienso en el olvido.
En la distancia.
Y en el tiempo . . .

Espérame,
que no te dejaré morir
bajo el polvo del silencio.
Volveré en cualquier momento
a darte el gélido beso
y hacerte mil primaveras
en este invierno de hielo.