Vuelve a desordenarme
el cuarto
y los rizos,
que quiero ser de ti
y de tu entropía.
Maldita tu manía
de desvanecerte
justo cuando creí que te tenía.
Tenerte es el más sucio de mis vicios
y el viento turbulento de mis días.
Escucha el alboroto de mi calma
y ven a poner caos a mi armonía.
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