Te busqué
con el corazón, en lugar de con los ojos,
y vaya que si te encontré.
Por una vez
Madrid y yo intercambiamos los papeles
Por una vez
Madrid y yo intercambiamos los papeles
y ahora era yo quien te tenía,
quien te besaba . . .
y era ella la que se moría de envidia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario